domingo, 18 de enero de 2009

El post de hoy no es divertido, lo siento. Si quieres te lo puedes saltar.

Vuelvo a estar en Madrid, tengo cinco terribles dias por delante. Cuanto mas viejo me hago, menos me gusta mi trabajo, no se si a todo el mundo le pasará lo mismo, pero empiezo a estar procupado. No hace mucho el trabajo era muy importante en mi vida, tanto que mis idas y venidas al mundo de los tristes dependian directamente de el.

Estoy en un mundo en el que triunfan los mediocres, cuando eres malo en algo, te ascienden hasta que te encuentran una posición en la que ya no seas tan malo o de igual que lo sigas siendo. Por desgracia yo soy bueno en lo que hago. De verdad no me estoy tirando el rollo. Así que mis esperanzas de ascender pasan por:

1. Dejar de ser bueno, lo que no podría hacer nunca. Va en contra de mi mismo.
2. Buscar otro sitio donde la gente sea mejor que yo para que asi yo pueda ser su jefe.

No hay nada que ma agobie mas que la sensación de estancamiento, y ahora estoy mas estancado que el Titanic. Intento distraer mi mente con actividades extraescolares, como hacen los niños pequeños, pero como tengo que viajar tanto es imposible mantener la constancia que estas cosas requieren.


En el fondo de todo esto esta la cruda realidad, no me preocupan demasiado las "actividades estraescolares", ni el estancamiento, ni mi trabajo, ni hacerme viejo. No soporto la soledad.

Vuelvo a estar en Madrid, tengo cinco terribles dias por delante, cinco dias para estar solo.